Leidy Rayo

En su atrevimiento diario, de lunes a viernes, vende dulces en los buses del sistema de transporte público. De esa manera financia sus aspiraciones. Ha sostenido durante ocho años la manutención de su hijo, el pago del alquiler de su apartamento y las cuotas mensuales de sus estudios. «En un dia que me vaya muy bien hago $ 40000». Su forma de obtener ingresos compite con muchas personas, con historias verdaderas, con historias truculentas, con artistas. Ella se coloca frente a una audiencia agotada porque uno tras otro entran en los buses a pedir apoyo.

Distingue trayectos y estaciones por sus olores. En su historia confluyen la ausencia de visión total, el homicidio contra sus padres, su venta ambulante, Johan Manuel el hijo, y ella, la estudiante que está resuelta a ser periodista.

Cuando se agotaron los exámenes y las visitas a los especialistas Leidy Lorena normalizó que por su anomalía visual nunca vería el mundo que le rodea. Aun así se resolvió a que aprendería a conocer su sociedad, a moverse en ella y a triunfar en ella.

La ciencia de enfermedades oculares entregó su dictamen: Leidy padece Coloboma de Iris desde su nacimiento. Su afección no tiene cura. Los padres de Leidy dispusieron los recursos a su alcance: Dora y Víctor Manuel acudieron al sistema de salud público, tocaron en instituciones privadas para proveer a su hija las mejores atenciones médicas. Estuvieron en los principales centros especializados que existen en Colombia. «No abrí los ojos sino hasta cuatro meses después de nacida, me cuentan que mis pupilas bailaban como si fueran los ojos de una muñeca». Dice Leidy: «Me realizaron todos los exámenes con las últimas tecnologías».

«Todo comenzó cuando mi mamá me estaba esperando. Tuvo síntomas de aborto, pudo ser que un medicamento afectó mis órganos de la visión».

Los sábados, Leidy Lorena toma transporte público, entra en los buses articulados con la propiedad de una universitaria. Va a estudiar Producción de Radio y Televisión al Colegio Superior de Telecomunicaciones.

En su linea de tiempo, ha trabajado, ha amado. Escribió una historia vital en la convivencia enamorada durante diez años. Con David, también con limitación visual, tienen un hijo que cursa tercero de primaria, y ya está estudiando música con la escuela filarmónica.

En sus retos como estudiante afronta micrófonos, trajina con consolas digitales, trabaja en programas de edición sonora. Con una aplicación escucha lo que dirá en sus grabaciones. Habla como editora de lineas de tiempo. Aprende a ser locutora, proyecta sus programas de radio, y se presenta ante cámaras de televisión.

Lleva confites para vender a sus compañeros.

Cuando las FARC cambiaron su vida...

Las FARC dispararon y eliminaron a sus padres a la misma hora y en el mismo sitio. Según lo cuenta, después la guerrilla amenazó con asesinarla. Tenía quince años cuando se sucedió la tragedia. Ante el vacío de su protección fue a trabajar en el restaurante de un hermano, «atendía los pedidos y lavaba loza. Era también mi forma de ganarme la vida».

Atenazada por la orfandad. Las intimidaciones hicieron su recorrido. El grupo armado, según se indica, fue la columna Teófilo Forero, le advirtió que también la matarían a ella. «Sobre la muerte de mis padres existen muchas versiones, la que más fuerza tiene es que querían quedarse con la finca. Ellos eran muy trabajadores y era el terreno más productivo de la región. Después de que mataron a mis padres ocuparon el terreno durante tres años, luego quemaron todo y lo devolvieron a mis hermanos».

Sin sus progenitores el asunto era quién cuidaría de ella que quedó huérfana por violencia armada. Los familiares se reunieron, en manera compasiva le dieron a escoger a la adolescente entre sus dos dos tias. Le preguntaron con quién queria quedarse: Como si fuera una travesura, dice que tiene una tía seria y una tía alcahueta, «preferí quedarme con la última. Después viví el error. Cuando estuve en su casa un conocido de la tia me tocaba, y yo le decía a ella. Pronto me di cuenta que no se iba a poner remmedio, hasta que durante quince dias él abusó sexualmente de mí». Es su confesión pública abierta y confiada de lo que ha sido un desgarro que supera en cada jornada.



El estudio como periodista

Por su limitación visual y los tatamientos tuvo ausencias y desplazamientos que retardaron la terminación de sus estudios: «Siempre estudié en extratiempo». Hizo la primaria en el municipio de Planadas, Tolima, en la vereda La Unión. Su bachillerato lo culminó en el Colegio Bostón de Bogotá.

«No le quite los ojos de encima», «todo cuesta un ojo de la cara», «mirar con buenos ojos», «mucho ojo»; son dichos comunes de la vida diaria a los que Lady Rayo les da cabal sentido. Esas expresiones las interpreta como cualquiera que goza del sentido de la visión, así es que para ella, muchas cosas «saltan a la vista».

Durante un amanecer de lo invariable resolvió trasladarse a Bogotá en búsqueda de formación académica. Realzó su anhelo de convertirse en periodista. A los doce años estructuró sus mecanismos de comportamiento.

Leydi compone ilusiones y realidades con base en descripciones. En su mente crea formas de universos y de objetos que jamás vió. Su vivacidad ha compensando, en cierta manera, las carencias de su cristalino y de su pupila.

Todas las mañanas carga con su negocio: una bolsa con dulces que ofrece en el sistema de transporte público. «A veces me subo a tres o cuatro buses y me voy blanqueada - suspira - estoy agradecida con este trabajo pero siento que no es un trabajo digno». Cuenta que la han asaltado al salir del bus. Relata que dentro de la estación sintió que le pusieron algo cortante y que le dijeron que entregara el dinero y el celular. «Se me llevaron todo».

Una limitación, una visión

«Son más fáciles de imaginar las cosas cuando se sienten. Mi mamá me enseñaba los colores por asociaciones. El cielo es azul, el pasto es verde. El sol es amarillo. Asi plasmo las cosas en mi imaginación». Tiene ideas acerca de cómo es el dorado y el plateado. Le ha sido dificil concebir el tono del llamado «palo de rosa». «Cuando compro o me regalan ropa siempre pregunto por su color. Asocio por texturas; ya sé que las telas suaves son de ropa blanca».

«Mí mamá me ayudó a sacar la primaria con las uñas. Solo sé escribir mi nombre con mis iniciales, sé que son una L y E. Ella me enseñó a hacer los mapas de Colombia con granos de fríjol. Se veían cosas muy raras pero yo las entendía». En Bogotá aprendió a manejar el ábaco y a hacer cuentas: «Sé hacer todas las operaciones».

El perdón de una comunidad en prisión


Lady se ha convencido que la iluminación se encuentra en el refugio de sus pensamientos en donde, sabe, que en su interior no necesita de dispositivos para alumbrarse. Avanza como abridora de senderos.

Leidy Rayo en condición de discapacidad visual. Estuvo presente en el acto de desagravio en el que tuvieron contacto agresores y víctimas indirectas en Penitenciaría Nacional La Modelo. Cuando sabe que le harán foto: «No quiero quedar como ciega» dice con delicadeza. Tanto en sus intervenciones públicas como en su vida privada se ha impuesto una regla: Omitir referencias a su limitación física.

Hacia Leidy un grupo de reclusos ha dirigido su versión más tierna, le han descrito como «guerrera admirable». A varias manos, le han escrito cuánto la quieren.

En el marco de actividades de Justicia Restaurativa, organizadas por Confraternidad Carcelaria, varios internos reconocieron los daños hechos por ellos a la sociedad por conductas criminales. Entre portones de seguridad prepararon lineas alentadoras que dirigieron a la víctima. Le pidieron que los perdonara por las lesiones que otros hicieron en su vida.

Para facilidarte el recuerdo, recopilaron todos los renglones escritos a mano que le dedicaron. En la prisión varios internos se comunicaron patio a patio; afinaron sus redacciones, y le entregaron a Leidy sus mensajes dulcificados, esta vez, puestos en el sistema Braylle, en el proceso de reconciliación y para que los actos violentos contra la población civil no se repitan...

En Cárcel Nacional La Modelo, con un interno que pide perdón

Durante un recorrido en transporte público

Con compañeros de Universidad

Con estudiante de derecho en Justicia Restaurativa




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